la calle del agua
Todo estaba reseco, y la tarde tan tórrida y silenciosa, que hasta las abejas se escuchaban.
Las piedras blancas y el polvo en suspensión.
Ella miraba a través de la celosía de la ventana. Nadie pasaba por la calle, sólo un perro famélico y con moscas.
La mirada absorta en el infinito cuando escuchó un estruendo ¡el trueno!.
La tarde se volvió noche.
Miró al cielo antes azul , ahora lleno de nubes negras.
Comenzó a llover como si el cielo quisiera caerse sobre la tierra. Y la calle ya no era calle, que era de agua.
Y ella abandonó la ventana y la celosía. Y escribió una carta de amor, a él, tan lejano en el mar, tan de noche.
Javier Serrano
¡Que bueno! Tanto la foto como el texto transmiten sentimientos, algo que me parece realmente dificil.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, he conseguido llegar hasta aquí yo sóla,y ya es bastante, pero ha merecido la pena.
ResponderEliminarUn abrazo.